El soneto del miércoles

29.4.09

Diamante que anocheces en la luna

huyendo frágil de aquel dios amargo,

resurge donde habite mi letargo

y exíliame en tus pechos de aceituna.


Candente colombina que me acuna

y que encierra reproches sin embargo,

desvélame de este sentir tan largo

sin rastro de dolor, sin carne alguna.


¿De quién serás mañana, ardiente diosa?

¿De quién serás? Te espero victoriosa

en las perpetuas cimas del ocaso.


Después de ti sólo obtendré el fracaso.

La odiada noche que te trajo ansiosa

se perderá en los sueños que acompaso.

0 comentarios: