Móviles inmovilistas

26.4.09

Si comparamos una lista de las empresas más poderosas de Estados Unidos hace 20 años con una actual, comprobamos que muchos negocios, considerados intocables, han tenido que dejar paso a nuevas iniciativas empresariales. Rentables proyectos que se gestaron en la penumbra de un garaje o ante los flexos de habitaciones juveniles de recién licenciados. Google, ideado en 1995 por Larry Page y Sergey Brin, cuando tenían 24 y 23 años, ocupa hoy el primer puesto en el ranking del poder empresarial.


En España, sin embargo, los que estaban siguen siendo, pero no están todos los que podrían ser. Apenas han cambiado las siglas de los líderes económicos, salvo alguna incorporación, perfectamente integrada en el establishment, como la de Amancio Ortega con su emporio Inditex.

Estuve el pasado miércoles en una conferencia de Felipe González, en la que hizo alusión a este inmovilismo empresarial. Según el ex presidente del Gobierno, el 78 por ciento de los estudiantes de las escuelas de empresariales no quiere montar una empresa. ¿Falta iniciativa o algo/alguien están impidiendo que las nuevas generaciones encuentren un hueco en el sistema, tanto productivo como social?

González atribuye el inmovilismo a un trasfondo cultural. Los padres españoles no titubean si sus hijos les piden dinero para pagar la hipoteca del piso, pero tendrían una reacción ojiplática si les pidieran unos euros para invertir en un negocio. No se concibe.

Habló también de las élites como cortapisas de la efervescencia juvenil ¿Qué responsabilidad tienen en el inmovilismo, no sólo empresarial, sino cultural y social?

Por ser un campo que conozco algo más, pienso en la lucha generacional que hay en el periodismo desde la inclusión de las TIC. Os vinculo un artículo que hace referencia a la supuesta decadencia, poco después de nacer, de la llamada generación 2.0 en periodismo. Podemos extrapolar este nuevo contexto al resto de estratos sociales.

Yo aporto mi visión. Es evidente que nos enfrentamos a un establishment que se muestra defensivo ante las nuevas aportaciones. Sólo cuando ellos la incluyen son aceptadas por el sistema que ellos mismo conforman. En el plano cultural, aconsejo aquí la entrevista a Eloy Fernández Porta, autor de “Afterpop” y “Homo Sampler” . Dos ensayos que repasan las corrientes culturales de los últimos años.

“(…)
el establishment cultural ha inventado criterios de jerarquía generacional y
cultural que legitiman cualquier producto que sea presentado por los escritores
de dicho establishment sea cual sea su estatus, aunque sea un producto de baja
cultura
(…)”.

Pero una de cal y una de arena. Porque los predecesores del establishment son también el referente y percibo falta de humildad entre jóvenes entes resabidos. Cuando voy a Malasaña o La Latina suelo – privilegiada yo – estar rodeada de pintores, escritores, diseñadores y destacados, en general. Son como una plaga y a mí, por probabilidad, no me salen las cuentas. Tener iniciativa no significa ser artista, sin perjuicio de que se sea algún día, pero eso le toca decidirlo a otros.

Dicen que estamos ante las generaciones mejores preparadas de la historia pero esto no da potestad para crear gurús de una nueva cultura que todavía estamos aprendiendo, ni desmerecer a los predecesores. Yo, por ejemplo, en periodismo, no puedo entender los nuevos soportes sin mantener las bases del oficio. Las generaciones nos necesitamos entre sí.

Además, se puede caer en el error de crear otro establishment, incluso peor, por estar falto de contenido. Que sea sólo una moda. Ya lo dije en un artículo de esta misma publicación, titulado “He dicho”: “Hoy día es suficiente predicar para ser aquello que se predica, aunque finalmente tan sólo se sea eso, un predicador. Ser artista es tan sencillo como creérselo y verbalizarlo. Para ser escritor, listo, cantante, sabio basta con ponerlo en el currículum”.

He aprovechado este soporte de iniciativa cultural juvenil porque creo que su esencia está precisamente en no subsumir de esas pretensiones. Claro que hay que soñar, pero también respetar lo que se sueña. Simplemente, que corra la palabra... O al menos, mi participación en este proyecto, es esa.

Espero vuestro opinión… Larga vida a Mephisto

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto al 100% tu opinión, querida amiga. Ya Newton, hace cinco siglos, pensaba así cuando dijo aquello de "Si he visto más lejos es porque me he apoyado sobre hombros de gigantes"

Así ocurre en todo los aspectos de la vida, y por supuesto también en el arte: se rescata el pasado y se recrea para entender el presente e intuir el futuro. Sin los gigantes antiguos, los diminutos de ahora no seríamos nada.

FEDERICO OCAÑA dijo...

Yo no estoy tan de acuerdo con vosotros; vamos,lo estoy, al 99%.
Lo único que no me convence del todo es que tenga que haber continuidad en las generaciones.

Menteinvisible dijo...

tienes razon artistas de verdad .solo queda uno y ese soy yo.todo lo demas es mierda.(paletadas de mierda sobre montones de mierda)....eso dijo la momia de tristan tztztz.